24 de febrero de 2009

¿SALDRÁ AL FIN EL FÚTBOL DEL ARMARIO?


Parece que cada vez estamos más cerca de que el homófobo mundo del fútbol salga del armario. Simplemente por una cuestión de probabilidad la cosa tenía guisos de verdad, aunque reconozcamos que no en las proporciones que a muchos les gustaría: la Liga de las Estrellas son 20 equipos, 24 jugadores por plantilla hacen un total de 480 hombres sudando y con la testosterona por las nubes corriendo detrás de una pelota. ¿Ningún gay dentro del deporte rey? Va a ser que no.

Dos noticias recientes me hacen pensar que estamos a punto de acabar con el tabú de la homosexualidad que se cierne sobre el mundo del fútbol: Hace unos meses saltó una noticia bomba en Italia. Un futbolista de la segunda división B italiana reconoció públicamente, pero con la cara tapada, que se sacaba un dinerito extra ejerciendo de chapero. Apuntó sin tapujos que entre sus clientes habituales había al menos una veintena de profesionales la Liga A italiana, algunos de ellos internacionales con la selección campeona del Mundo en el último mundial. No se atrevió a dar nombres, básicamente porque muchos de los jugadores que buscaban sus servicios estaban casados y su gran temor era ser descubiertos. De momento aquí se ha quedado la cosa, a la espera de que alguna cadena haga una oferta económica suculenta e irresistible y el gigoló del calcio suelte sin reparo nombres, apellidos y tamaño. Los rumores se han disparado más de la cuenta y ya hay algún jugador de la Roma, un brasileño del Inter y un viejo conocido de la Juve en el ojo del huracán.


Y hoy en mi lectura diaria del Marca me he encontrado con las sinceras y tolerantes declaraciones del joven entrenador del Valencia, Unai Emery, al diario Levante. El técnico vasco reconoce abiertamente que en los años que lleva en el mundo del fútbol se ha encontrado con varios jugadores gays aunque ellos nunca lo han reconocido. Emery parece gozar de esa mirada ultravioleta de los gays, por la que se reconocen inmediatamente, “creo que controlo cuando un jugador es gay”, afirma Unai. Y para rizar el rizo y agrandar el mito, señala que muchos de los jugadores se esconden detrás de una imagen de súper machos que ligan mucho. Unai se muestra tolerante y tiende su brazo a sus jugadores del Valencia: “Si un jugador me lo dijera, estaría encantado”. Si todos los entrenadores fueran como él podríamos estar cerca de la expiación en el mundo del fútbol.

Vayan haciéndo sus apuestas que la cosa está al rojo vivo. ¿Quién será el primero en caer? Además ya se sabe como funciona esto, una vez abierta la veda, predomina el efecto dominó. O a la mejor el río no lleva tanta agua y se queda en un simple arroyo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

quien son los jugadores gays?

Anónimo dijo...

Pinton estas un poco mazagatos, es abrir la veda no la vereda.

pintón dijo...

Oído cocina. Aunque me gusta más "la vereda" que "la veda", es mucho más sonora.